Fernando Yáñez de la Almedina Imprimir
Escrito por Miguel Ángel Gallego   

Nació en Almedina, provincia de Ciudad Real, en el último cuarto del siglo XV. Algunos le dan origen morisco.

Santa Catalina (Yáñez de la Almedina)

Aún joven debió marchar a Italia, como indica el indudable italianismo de su estilo, que denota una marcada influencia del sfumato de Leonardo da Vinci, de quien fue discípulo. También acusa otras influencias florentinas, así como de los círculos venecianos de Giorgione. La relación entre Yáñez y Leonardo se atestigua en dos documentos de 1505 sobre la pintura de La batalla de Anghiari de Leonardo y sus discípulos en el Palazzo Vecchio de Florencia. En estos documentos se cita a un «Ferrando Spagnolo, pittore», que debe de ser Yáñez.

A su vuelta a España se estableció en Valencia, donde aparece documentado por vez primera en 1506, fecha en la que pintó el retablo de San Cosme y San Damián para la catedral de Valencia, casi desaparecido en 1936. Allí encontró un mercado para su pintura y trabajó ininterrumpidamente hasta 1526 colaborando con el citado Hernando de los Llanos; ambos firmaban «Hernando» o «Fernando», hecho que generó la confusión de creer que eran un mismo pintor. Algunos expertos como Jonathan Brown consideran que Llanos aventaja a Yáñez.

Trabajaron en las puertas del Altar Mayor de la Catedral en 1507 y en las doce tablas de una Vida de la Virgen para el retablo mayor de la catedral, conjunto importante porque representa el establecimiento del modelo leonardesco en tierras levantinas. Si bien estos dos pintores son acusadamente leonardescos y renacentistas, algunos críticos creen que la imitación de Leonardo por Llanos es más literal y que Yáñez posee un estilo con más recursos. Sin embargo, otros expertos como Brown creen que Yáñez dominaba peor la perspectiva y que repetía ciertos gestos como clichés.

Yáñez hizo algún trabajo en Barcelona en 1515, pero casi toda su obra conservada corresponde al periodo de Valencia, donde pintó piezas como El abrazo ante la Puerta Dorada, La Adoración de los pastores y La Dormición de la Virgen, todas en las puertas del retablo mayor de la catedral. Llanos y Yáñez abandonaron Valencia antes de 1520, dirigiéndose uno a Murcia y el otro a Cuenca.

En 1531 se sabe que Yáñez estaba en Cuenca pintando varios retablos, noticia que es la última conservada sobre este pintor. Así pues, pueden establecerse tres periodos o fases en Yáñez: una italiana, a la que se le atribuye Los Santos Ermitaños de la Pinacoteca de Brera (Milán), una valenciana, la más importante, y una conquense, valorada como de calidad decreciente.

Obra

Sus composiciones se caracterizan por los rasgos del estilo leonardesco (sfumato, dulzura de los rostros y gestos), la claridad formal y la amplitud escenográfica de los fondos, la profundidad de las figuras, que se presentan en actitud serena y reposada, y la hábil conjugación de arquitectura monumental y personajes de una forma más caracterizada que Llanos. Yáñez presta atención especial a las calidades de ropas y objetos, hecho que representa un rasgo de la vieja tradición flamenca habitual en la escuela española.

Entre sus obras destacan las cuatro del Museo del Prado: Santa Catalina de Alejandría (acaso su obra maestra), San Damián, Santa Ana con la Virgen y el Niño y una tabla adquirida hacia 1992, Cristo resucitado y santos apareciéndose a la Virgen, que debe pertenecer a su etapa en Cuenca y que decae en calidad. Obra igualmente destacable, Los Santos Ermitaños (Milán).

En la ciudad de Valencia hay diversas obras del artista. En el Museo de Bellas Artes de Valencia, además de La Resurrección hay cinco tablitas de tema religioso. En el Colegio del Patriarca, La Anunciación. En la iglesia de San Nicolás: Santa Ana, la Virgen y el Niño dormido.

En Ayora (Valencia): La Virgen, Dios Padre, El Ángel de la Anunciación y San Onofre. En la Colección March (Palma de Mallorca): Juicio Final. En Játiva (Valencia): Juicio Final (quemado en 1936), en la colegiata.

A su periodo conquense corresponden los retablos de La Crucifixión, Epifanía, La Piedad y La Adoración de los Pastores, los tres primeros para Gómez Carrillo de Albornoz, en la catedral de Cuenca.

En colecciones extranjeras se pueden citar La Sagrada Familia de la Colección Grether en Buenos Aires (Argentina) y Cristo entre San Pedro y San Juan Evangelista en la Colección Cremer de Dortmund (Alemania). Esta segunda obra parece ser la misma que en fecha reciente ha pasado a manos de un coleccionista español.

Una de las escasas obras de Yáñez de su etapa italiana es una Virgen con el Niño y san Juanito de la National Gallery de Washington. Tomando como referencia este cuadro, hay una tesis que atribuye a Yáñez La Virgen del huso, tradicionalmente asignada a Leonardo da Vinci. Se conserva en el castillo de Drumlanrig (Escocia), de donde fue sustraída en un espectacular robo en 2003, siendo recuperada cuatro años después. Casi toda la prensa aludió al caso dándola por obra de Leonardo.

 


Fuente: wikipedia